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jueves, 24 de mayo de 2012

AVISOO! :(

Holaaa! Sé que el blog solo tiene 3 entradas y que está un poco mal, pero es que estoy de exámenes finales y necesito aprobar, solo tengo 14 años y tengo que ir bien en mis estudios, los cuales están bajando por tener tantas cosas en mente así que lo siento, pero tengo que estudiar. Así que lo dejare todo para concentrarme, no subiré ni esta historia ni la de "Sin corazón". Volveré el 3 de Julio a este blog y el 2 de Julio al de Sin corazón, si  veo que ya no tengo exámenes o que tengo tiempo para subir, os subiré capítulo, siento las molestias y espero que por favor no me dejéis de leer, esto no lo hago por gusto sino por necesidad. Si alguien quiere que le avise cuando vuelva que me lo diga que yo encantada lo hago. Espero que los que estáis estudiando tengáis buenos resultados y un buen verano.
Atentamente, la loca psicópata que escribe este blog xD
 (una bromita para que esto no sea tan duro para mí, 
que os voy a echar de menos) 

martes, 15 de mayo de 2012

Precisamente tú. Capítulo 2.


Capítulo 2.

Hello people, este capítulo no es muy bueno y es demasiado largo, pero como comprenderéis tenía que describir a muchísima gente, el siguiente será mejor o eso espero. Disfrutad y comentad. HE CORREGIDO EL CAPÍTULO PORQUE HABÍA ALGO QUE NO ENCAJABA (quien se lo haya leído que empiece desde el recreo)
Bss

Leslie:

I heard that you’re settled down,
That you found a girl and you’re married now,
I heard that your dreams came true,
Guess she gave you things I didn’t gave to you,
Old friend, why are you so shy?
Ain’t like you to hold back or hide from the light.

La canción de Adele, “Someone like you” hace que abra los ojos lentamente, estiro el brazo sin mirar y mi mano toca algo duro pero suave, recorro esa superficie lentamente y me encuentro con que cambia de textura y se eleva, rápidamente me giro y veo donde tengo la mano. Mi corazón da un vuelco y yo quito mi extremidad a toda velocidad. No me acordaba de él.
-No hace falta que la quites.-veo que tiene los ojos cerrados y una sonrisa en los labios, esta boca abajo y lo que mi mano había recorrido era su ancha y fornida espalda hasta llegar a…
-Lo siento.-salto por encima de él y paro la música del móvil, luego enciendo la luz y me acerco al ropero para elegir la ropa que voy a llevar a clase.
-¿A dónde vas a las…?-coge el móvil y se queda mirándolo sin saber qué hacer.
-Aprieta ese botón.-me obedece y abre los ojos de par en par al ver la hora.
-¿Son las siete de la mañana?
-Sí, tengo que ir a clase.
-Ni en el orfanato nos torturan de esa manera.
-Aquí sí.
-¿Yo también tengo que ir?
-De momento no, mi madre te llevara después para que te enseñen el instituto y para terminar un par de trámites.-suelta un gemido de dolor y se sienta en la cama, yo me voy al baño y me visto lentamente, no tengo maldita gana de ir a clase.- ¿Vienes a desayunar?-pregunto cuando entro en la habitación, él observa cómo me echo perfume, me pongo los pendientes, los zapatos, el desodorante y cojo mi mochila.
-Sí, ahora, primero voy a vestirme.-asiento y bajo las escaleras sin hacer ruido, dejo la mochila en la silla del ordenador y me voy hacia la cocina. Abro la nevera y miro con odio los paquetes de yogurt que sobresalen entre las demás cosas, cojo un zumo, lo dejo en la mesa, miro los yogures  y cojo uno de frambuesa y lo dejo junto al zumo para después coger un plátano, me siento en la mesa y de repente veo como Borja se para en la puerta de la cocina y me observa. Agarro el plátano y empiezo a comérmelo.
-¿Desayunas eso?
-Sí, intento adelgazar.
-Eso no es bueno, has ejercicio y come lo que quieras, es más o menos lo mismo.
-Nunca nadie va conmigo a hacer ejercicio.
-A partir de ahora me tienes a mí.-dice con una sonrisa encantadora.
-Gracias.
-No hay de qué.
-¿Me puedes dar una cuchara del primer cajón?-asiente, la coge y me la da.
-¿Qué hay para desayunar?
-Lo que quieras de la nevera.-saca un paquete de pan de molde, jamón y queso y se hace un sándwich. Yo termino de comer, dejo el zumo en el interior de la mochila y subo a lavarme los dientes. Oigo que mi madre llega y abre la puerta, bajo, acaricio la cabeza de mis dos perros, engancho mi maleta y salgo de mi casa.-Adiós, Borja.
-Espera, voy contigo.-sale de la cocina con la boca llena y salimos de la casa para montarnos en el coche.
-¿Qué tal tu primera noche, Borja?
-Bien y esto… siento mi comportamiento.-ella sonríe y me mira.
-No pasa nada.- mi madre conduce por las calles hasta llegar a la última cuesta del instituto, le digo a Borja que se agache y yo salgo del coche ya que Cassie, mi mejor amiga está ahí.
-Holaaaa, bichito.-saludo a  Cassie con una sonrisa ella me dedica una mirada asesina y se acerca lentamente a mí.
-¿Dónde demonios has estado?-tiene el pelo castaño, largo sus ojos son un poco más oscuros que el iris, es de piel blanca, pero en cuanto le da un poco el sol se queda morena, a diferencia de mí que me quedo roja, sus labios son finos y es más o menos de mi estatura, un poco más baja.
-En mi casa.
-¡Mentira! Fui a buscarte un par de veces y no venías a clase.
-Estuve yendo al médico, ¿te acuerdas de lo de los tobillos?
-Leslie, no me mientas.
-¡Es la verdad!
-De acuerdo, pero como me entere de que mientes no te vuelvo a hablar.
-¡Vale, mi capitán!
-¿No sería capitana?
-Bueno, sí, supongo.-le sonrío y entramos en el instituto, subimos a la planta alta y nos sentamos en el pasillo.
-Por cierto, en el recreo me voy al médico, me van a mirar que me están saliendo las muelas del juicio.
-¿Me vas a dejar sola?
-Sí-sonríe y yo pongo los ojos en blanco. Van llegando mis amigas poco a poco, preguntándome todas por mi ausencia de la última semana, yo les cuento la misma mentira que a Cassie, pero a diferencia de esta última, todas me creen.
Pasan las horas a gran velocidad, tener a Cassie al lado hace que el tiempo se pase muy deprisa y me divierta demasiado. Llega el recreo y cojo la mochila para salir al patio, Cassie se sienta a mi lado en las escaleras de las gradas hasta que un profesor venga a llamarla.

-Pues... Me levante a las dos, me puse a leer, baje a comer, vino mi hermano por la tarde, me echo otra de las charlas sobre no tener novio.-se para y su mirada se desvía, me giro y veo porque se ha parado. Dos chicos, bastante guapos entran por la puerta, uno de ellos ya lo había visto por ahí, pero al otro no, seguramente es nuevo.-Ven, te voy a presentar a unos amigos.-se levanta a gran velocidad y tira de mi mano para que vaya con ella, yo la miro con horror, ya que soy muy tímida y ella se ríe.
Hay dos chicos sentados en el piso con las espaldas pegadas a la pared, uno mira a Cassie y le sonríe, ella se sienta enfrente de este y tira de mi mano para que me siente enfrente de otro.
-Este es Tyler y este es Ángel.-primero señala al que está en frente de ella y luego al que está en frente de mí. El primero al que ha nombrado lo he visto varias veces por el instituto, es el típico niño creído por el que todas suspiran, su pelo es castaño, igual que los ojos, pero estos últimos son un poco más claros, es alto, atlético y guapo. El otro, Ángel, tiene el pelo negro unos ojos verdes muy claro, es de piel blanca, alto y también es atlético, pero Tyler un poco más.-Chicos, esta es Leslie, una amiga.-ellos sonríen y me saludan con un hola.
-¿Por qué no nos la habías presentado antes?-pregunta Ángel mirándome a los ojos, yo le sonrío, creo que un poco embobada.
-Porque la muy zorra no había venido a clase.
-¿Por qué?-me pregunta esta vez a mí.
-Tengo problemas en los tobillos.
-Mentira.-Cassie me mira con los ojos entrecerrados y yo le devuelvo la mirada.
-La tuya.
-Sí, claro, te conozco, y te lo voy a sacar, vas a ver.
-Sigue soñando.
-¡Lo ves! Me ocultas algo…
-Lo digo porque te estás montando una película.
-Sí, sí.-hace una mueca rara y yo me río, me hago hacia atrás y le doy a un chico de un curso superior al mío, le pido perdón y él me mira de una manera un tanto despectiva.
-Mira lo que haces, gorda.-y ahí otra vez, un comentario sobre mi físico. Miro hacia otro lado y Ángel se levanta.
-Pídele perdón.
-¿Por qué tu lo digas?
-No, porque lo digo yo.-Tyler se levanta y al otro chico le cambia la cara.
-Lo siento, no fue culpa tuya.-lo dice todo muy rápido y sale corriendo, los dos que me han defendido me miran y yo les sonrío.
-Muchas gracias, pero no hacía falta, ya estoy algo acostumbrada.
-Nunca te acostumbres a oír cosas malas, no te lo mereces-Ángel se sienta y Tyler mira a un grupo de chicas y luego a nosotros.
-Bueno, me voy, mi novia me espera, vamos Ángel.-justo cuando se va a levantar un profesor de gris se acerca, es el de educación física y mira a Cassie.
-Vinieron a buscarte.
-Adiós, bichito.
-Chao, Pinfloy, adiós chicos.
-¿Pinfloy? ¿Eso no es o era un grupo de música?
-Ni idea.-Cassie me mira y sonríe.-Siempre nos inventamos apodos, no me extraña que lo haya escuchado.-se despide con la mano y se va.
-¿Quieres que me quede contigo?
-No hace falta, no quiero molestar.
-No molestas, si lo hago es porque quiero.
-Pues si quieres.-él me sonríe y mira a Tyler.
-Ty, tío, me quedo con ella.
-Pues como quieras.-le pasa la mano por encima de los hombros a una chica y se va. Yo me pongo a uno de él, apoyando la espalda en la pared y cojo mi mochila y abro el bolsillo pequeño, encontrándome un sándwich que yo no había puesto ahí. Le quito el papel y me encuentro con una nota.
Come, ya lo adelgazaras esta tarde, vamos a correr, vas a ver como en poco tiempo serás la envidia de todos.
Borja.
-¿Qué es esa  nota?
-Nada, mi madre diciendo que me coma el sándwich.
-¿No comes?
-Intento adelgazar.
-Eso es malo.
-Sí, lo sé pero no sé qué hacer.
-¿Deporte?
-Empiezo hoy.-abro el sándwich y lo extiendo para ver si Ángel quiere, él coge un trocito y yo empiezo a comérmelo.- ¿De qué conoces a Cassie?
-De cuando vivía en el norte, íbamos al mismo instituto y siempre ha sido mi mejor amiga.
-¿Y qué haces ahora aquí?
-Mis padres se mudaron al sur y bueno aquí estoy.
-¿Y conocías antes a Tyler?
-¿Estoy en un examen?
-No…-suelto una carcajada y él me dedica una sonrisa muy dulce.-Solo es curiosidad.
-Yo también tengo curiosidad.
-¿Por qué?
-No sé, cuéntame cosas.
-Antes contesta…
-Sí, de los campamentos de verano, siempre íbamos al mismo.-asiento y empezamos a hablar de mi vida y de la suya. Cuando me doy cuenta ya ha tocado el timbre y me tengo que ir.-Adiós.
-Chao, ya hablamos.
-Eso espero.-sonríe, me da un beso en la mejilla y se va.
Pienso en que me toca a hora y caigo, educación física, que asco.
Pasan dos horas, la de educación física y la de geografía y estoy sentada en mi sitio. No sé donde están mis amigos, estoy ocupada guardando las cosas, cuando de la nada aparece un bolígrafo, el cual me da de lleno en la frente, haciendo que el dolor de cabeza que tengo se multiplique, me levanto realmente enfadada y veo al culpable. Leonard, un chico de ojos verdes, piel morena y algo bipolar. Me acerco a él con paso decidido y él empieza a correr. Mi fama en el instituto: Mejor no te metas con ella.
-Lo siento, de verdad solo se lo iba a pasar, Leslie, en serio, lo siento.
-¡¿PERO TU ERES IDIOTA O TE LO HACES?!
-¡Que lo siento, joder!
-Espera a que te coja…-en ese momento me paro, veo como Bárbara la estúpida de turno y mi mayor enemiga me imita y se ríe de mí.- ¡Tú gilipollas! ¡¿QUÉ COÑO HACES?!
-A mí te me relajas.-como si le hubieran dado cuerda se acerca a mí rápidamente con cara de enfado. Realmente es fea, es de mi estatura, de piel morena, pelo negro, ojos marrones y saltones, será delgada, pero joder, he visto monos más guapos.
-Cállate, ¿Qué te crees muy guay por imitar a los demás? Pues no, solo eres una niñata estúpida que se cree popular y no lo es.
-Mira quien fue a hablar, la friki, que se cree mucho por escribir y eso no es nada, solo una estupidez, crees que algún día vas a llegar a algo con eso y no es verdad, no digo que escribas mal, pero es la verdad.
-¡Con eso no te permito que te metas! Algún día te tragaras tus palabras…-le dije acercándome a ella. En ese momento se acerca Mónica, una de sus amigas y me pone una mano en el hombro.
-Apártate de ella, que haya aire.
-¡No me toques!
-Eres un monstruo, nadie te quiere, una estúpida a la cual todos los tíos le tienen miedo, solo te aguanta Joe y porque es tu amigo. Eres una estúpida friki.-gira sobre sus talones y se va, dejándome a mí con las lágrimas a punto de salir, se metió con mi sueño y con mi forma de ser, lo peor que pueden hacer conmigo es eso.
-Muy bien, Bárbara, la dejaste de piedra.-todas sus amigas se ríen.
-¡¿DE VERDAD QUIERES QUE SIGAMOS?! ¡CALLAOS DE UNA PUTA VEZ!
-Leslie, sal de clase.-la profesora de matemáticas me mira y espera que salga.-Bárbara tú también.
-¿Por qué?
-Sal, no me hagas enfadar.-salimos las dos fuera mientras la profesora pone orden en la clase. Bárbara se gira y me mira con una sonrisa.
-Lo siento.-suelta una carcajada.-No tendría que meterme con tu sueño.-su tono falso y su sonrisa me hacen querer cogerla del cuello y matarla. Por su culpa me siento como una mierda, por su culpa me sacan por primera vez de clase. ¿Pero lo que más me duele? Que ha ella le hayan defendido y a mí me hayan ignorado. 

martes, 8 de mayo de 2012

Precisamente tú. Capítulo 1


Capítulo 1.

Holaaa, aquí os dejo el primer capítulo de esta historia de amor tan peculiar o normal, depende de donde se mire, espero que os guste y que comentéis.
Bss

Leslie:

Después de un viaje de tres horas en avión y, media en coche por fin llegamos a casa. Borja no ha hablado con ninguno de nosotros tres, se mantiene callado y distante. Mis padres no dicen nada al respecto, no me echan en cara que lo haya elegido a él, no hacen nada, creen que es normal que Borja no se comunique con nosotros ya que somos unos completos extraños para él.
Mis padres entran en casa, suben a su habitación, dejan la maleta y luego bajan, mi padre un hombre de pelo canoso, ojos verdes y con sus ya cincuenta y un años, se sienta en el ordenador, y mi madre quien ya describí antes, va a la cocina a preparar la cena.
Borja se queda durante unos minutos en la entrada de mi casa, mira el pequeño jardín que tenemos a un lado con una expresión que no consigo descifrar, luego dirige su vista a la fachada de mi casa. Mi hogar es más o menos grande, tiene un gran patio, donde ves plantas por todos lados, la verdad es que mi sueño es deshacerme de ellas y hacerme una piscina, cosa a la que mi madre se niega a hacer. Las paredes exteriores están pintadas de amarillo y encima de la puerta de la entrada hay un tejado de madera para que cuando llueva el agua no entre en casa.
El chico que tengo a mi lado entra, no mira lo que le rodea si no que sube a la planta alta sin producir sonido alguno, se para en medio del hueco que hay, observa las tres puertas cerradas. Yo dejo mi maleta a un lado y miro su pequeña bolsa, en la cual solo tiene un par de harapos, habrá que salir de compras con él.
-Puedes elegir entre esas dos habitaciones, las dos tienen cosas mía.-digo señalo las dos puertas que están a mi lado izquierdo, luego lo miro, sigue de pie delante de mí, sin moverse-Ya las quitaré, esa es más grande.-digo apuntando a la que está más próxima a mí.-Y es azul, era la de mi hermano, pero se fue de casa hace mucho, la otra es rosa.-abre la puerta de "la habitación azul" y entra, cerrándome la puerta en las narices, yo entro a la mía, dejo mi maleta, me dirijo a la habitación de mis padres y quito la única llave que hay en la casa, entro en la habitación que ahora es de Borja y la cierro con llave tras de mi.
-¿Qué haces aquí?-me pregunta, ni si quiera se ha sentado aún.-Sal.
-No quiero.-digo y me siento en mi ex cama.-Quiero hablar contigo.
-Pues yo no contigo, jodida gorda.-le miro atónita, si, no soy muy agraciada, pero tampoco es para que me trate así, no le he faltado el respeto.
-¿Por qué eres tan antipático?-le digo, manteniendo las lágrimas a raya, la verdad es que estoy muy acomplejada y también muy cansada de que me insulten sin más.
-¿Por qué me elegiste?
-Por  tu respuesta.
-Esa respuesta suele alejar a la gente, no a ayudar a que me elijan.
-¿Sabes? Tenemos algo en común.-suspiro, supongo que le voy a confesar algo que muy pocos saben de mí.-Yo tampoco quiero vivir, siempre he sido infeliz...-me paro.-Todo mis compañeros de clase me han odiado sin razón, pegándome, molestándome, insultándome y mil cosas más. Por culpa de todos y cada uno de ellos me odio a mí misma. Te elegí porque tú tampoco quieres vivir, solo quieres pasar el momento o morirte como muchas veces deseo yo, quiero que alguien supere conmigo todo esto, tener a alguien que sepa que es lo que es odiar tu vida y despreciarte como yo lo hago, puede que nuestros motivos sean diferentes, pero el sentimiento es el mismo.-después de soltarle eso lo miro a la cara, se acerca y se sienta a mi lado.
-¿Tú también sientes que si desparecieras nadie te echaría de menos?-asiento.
-Me gustaría que me dijeras tu motivo, te he contado el mío.
-No te lo pedí.
-Lo sé, pero supongo que como vas a ser mi hermano, tienes que saber cómo se siente tu hermana pequeña.
-Siempre he pensado que mi existencia es un... ¿error?-me pregunta, pero yo me encojo de hombros ya que no sé si eso es lo que siente.-Supongo que sí, que es eso, un error, porque si mi madre me dio en adopción es que no me quería, así que... ¿Para que existo? Siempre imagino veinte mil causas por las que mi madre pudo haberme abandonado y nunca encuentro una que no sea porque no me quería. Si yo si fuera padre jamás daría a mi hijo, puede que ella no sepa lo mal que se siente una persona al ser dada, pero no tiene excusa.
-¿Sabes que creo yo? Que si que hay un motivo para el que existas, todos lo tenemos, pero a veces nunca llegamos a saber cual es.-me paro.-Te digo esto, porque creo que tu vives para ayudarme, para que yo no esté sola, ¿quién sabe? A lo mejor algún día llegas a cogerme cariño e incluso a cuidarme.-le dedico una sonrisa y él me la devuelve, es la primera vez que lo veo curvando los labios en una mueca de alegría, supongo que el haberle dado una especie de sentido a su vida lo ha hecho feliz.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Por haberte dicho lo de antes y por haberme comportado como lo he hecho, cuando te vi ahí, en la sala de entrevistas solo pensé que eras otra de esas niñas ricas que solo quiere adoptar a alguien para presumir de ser buena persona.-me coge de la mano, acariciándola lentamente.-Cuando te vi ahí parada, con una sonrisa de oreja a oreja, pensé que eras falsa, que esa sonrisa solo ocultaba tu verdadero yo, pero veo que me equivoqué, nunca, jamás pensé que realmente necesitaras que alguien esté a tu lado.
-Primero: ¿ves que seamos ricos? Somos una familia totalmente normal, y... ¿Cómo qué falsa? Mira no sigas por ese camino, me estás haciendo sentir muy mal.
-Ahora lo sé, todo y de verdad lo siento y gra...
-Ni se te ocurra terminar, no quiero que me des las gracias, nunca pretendí eso, todo lo contrario, te tengo que dar yo las gracias a ti.-le corto.-Gracias por dejar de ser tan arisco.
-Solo lo voy a dejar de ser contigo, que lo sepas y solo porque sabes cómo me siento.
-Te advierto que yo también soy bastante arisca con la gente.
-¿Tú?
-Como he dicho, me han hecho mucho daño y he aprendido a no confiar en la gente.
-En mi confías.
-Es diferente, eres mi hermanito.-suelta una carcajada, haciendo que suelte un respingo ya que es algo seca.
-Puedo hacerte daño igual.
-No lo harás.
-Cierto.
-¿Tú confías en mí aunque acabas de conocerme?-le pregunto.
-Eres diferente.
-No has respondido.
-Eso era un sí.
-Me alegro.
-Te voy a cuidar, eres mi razón de vivir ¿vale...? Esto, todavía no sé tu nombre.-ahora la que suelta una carcajada soy yo.
-Leslie.
-Me gusta, y pues eso, que te voy a cuidar de todos.-no sé por qué pero me tiro en sus brazos para darle un abrazo y noto que se pone tenso debajo de mí, pero aun así me estrecha, dándome a entender que solo es por la falta de experiencia.-Ni se te ocurra contarle a nadie que te trato así.
-¿Por qué?
-Mi carácter es de pasota, chulo y engreído, con un ligero toque de chico malo.-suelto otra carcajada, la cual casi hace que me vaya al piso pero él me agarra con mucha rapidez.-O al menos el que le enseño al mundo
-Gracias.-digo con la sonrisa todavía en la cara. Pasamos así un rato, hablando de las cosas que nos gustan hasta que mi madre nos llama para cenar, él se levanta y cuando va a salir de la habitación lo paro.
-Borja, mira, toma.-le digo sacando un portátil blanco de debajo del escritorio.-Te daría el grande, pero necesito las cosas que hay dentro, mi vida es el ordenador y mis historias así que…
-¿Por qué me lo das si es tuyo? Podrías quedarte con los dos.
-Ahora eres parte de la familia, y aquí todo se comparte.-le cojo de la mano, abro con la llave y  tiro de él fuera de la habitación.
Borja:
Me quito la ropa, quedándome en bóxer y me acuesto en la cama boca arriba, cerrando los ojos por un momento. Jamás pensé que llegaría este día, en el cual por fin dormiría en MI PROPIA cama y en MI PROPIA habitación. Siempre imaginé que sería divertido, pero ahora que las tengo, no me gusta. Siempre había soñado como sería ser adoptado, antes de ser como soy ahora. Cuando era pequeño siempre imaginaba una familia que me quería y que me daba todo lo que se me antojaba y ahora que la tengo y que tengo todo lo que un adolescente necesita, no sé si lo quiero. Solo me viene el recuerdo de los niños pequeños llorando al final del pasillo, de los gritos de los otros para que por favor se callaran y siento que el silencio de esta habitación me mata.
Me levanto sin más, abro la puerta y entro en la de al lado sin llamar, Leslie tiene un libro en las manos y me mira. Esta recostada en la cama con la espalda pegada en la pared rosa y lleva un pijama corto. Observo su habitación, intentando buscar cosas que me enseñen más cosas sobre ella y encuentro dos repisas pegadas a la pared con peluches y un par de joyeros, en la esquena izquierda de la habitación, en los pies de la cama, hay una estantería repleta de libros, posters y un cuadro de la bandera de Inglaterra decoran las paredes y a mi lado hay un ropero con bolsos que cuelgan de un perchero.
-¿Qué haces aquí?
-No puedo.
-¿El qué?-se levanta preocupada y se acerca a mí con paso vacilante.
-Dormir solo…-digo en un susurro, espero escuchar una risa por su parte, porque la verdad es que es gracioso que alguien con mi tamaño y fuerza tenga miedo a dormir solo, pero simplemente cuando te acostumbras a una cosa, cuesta hacer otra. Ella me mira con una sonrisa.
-¿Quieres dormir conmigo?-paso el peso de un pie a otro y me doy cuenta de que parezco un niño pequeño.-Vete a ponerte algo encima y vuelve.
-¿Por qué?
-Porque no vas a dormir a mi lado y en bóxer.-yo le dedico una sonrisa pícara y ella pone los ojos en blanco, giro sobre mis talones, me pongo un simple pantalón corto y vuelvo al mundo rosa.
-No me pidas que me ponga una camisa, no lo soporto.-ella asiente y me hace un hueco en la cama, yo me acuesto y ella coge el libro y reanuda su lectura.- ¿Sabes? Te pedí dormir aquí porque no aguanto el silencio, estoy acostumbrado a mucho ruido.
-¿En serio?
-Si… En el orfanato nunca había silencio.
-¿Y nunca salías de ahí?
-Si.-sonrío al recordar.-Todas las noches desaparecía sin que nadie se diera cuenta y me emborrachaba o drogaba para olvidarme de todo, iba de fiesta en fiesta, todas callejeras, de esas en las cuales si aparece la policía tienes que salir corriendo, hasta que un hombre se apiadó de mí y me enseño a descargar mi ira en otras cosas, me daba clases de boxeo.-miro a Leslie y veo que tiene una mirada de reproche.- ¿Sabes que no es fácil? Una monja también me ayudo a  dejar de drogarme, pero sigo echando de menos eso. Yo no quería empezar con ninguna mierda, pero odio todo y esa era la única forma que tenía de liberarme, hasta que conocí el placer de cerrar los ojos y los puños y despejarte, pensando solo en lo que tienes delante. No sé si ese hombre hizo bien, más de uno ha acabado en enfermería desde que empecé.
-¿Te drogabas? ¡Yo también estoy harta de todo, pero jamás haría eso!
-No es lo mismo… Tú tienes gente que te cuida y te mima, al menos tus padres, cuando te sientes tan perdido como yo, cualquier cosa es buena. Ya no lo hago y no creo que lo vuelva a hacer, algunos de mis compañeros han acabado muertos por eso…
-Prométeme que no lo volverás a hacer.
-Te lo prometo.-ella asiente y antes de acostarse totalmente en la cama me mira.
-¿No querrás aprovecharte de mí, no?-suelto una carcajada y ella levanta una ceja.
-¡Claro que no! ¿Por qué piensas eso?
-Porque si tan fuerte eres como es que le tienes miedo a dormir solo.
-Cariño, soy como un caramelo relleno, duro por fuera y dulce y blando por dentro.
-No te pega nada, chico duro.
-Sí, ya, pero es la verdad.-me acuesto de lado mirando directamente sus ojos marrones.-Eres la única que conoce las dos partes de mí.
-Me alegro de escuchar eso.-bosteza y apaga la luz.-Buenas noches, hermanito.
-Buenas noches, Leslie.-cierro los ojos y le doy gracias por todo lo que hace por mí sin conocerme de absolutamente nada.

Precisamente tú. Prólogo.


-¿Cómo te llamas?-digo observándole  con una sonrisa. Él solo me dedica una mirada, parece que no le importara que le esté haciendo una entrevista.
-Borja.-responde con una voz grave y sin mirarme a los ojos.
-¿Cuántos años tienes?
-16.
-¿Cuándo es tú cumpleaños?
-13 de junio.
-¿Por qué crees que debería escogerte?
-No creo que debas escogerme.
-¿Por qué crees eso?
-Porque mi vida no vale para nada.-es su única respuesta. Después de haber hecho las mismas preguntas demasiadas veces, alguien me sorprende con su contestación, haciendo que mi decisión sea irrevocable. Cada vez que hacia esa pregunta, los chicos me respondían esperanzados y yo me moría por dentro al ver que tanta gente había sido abandonada, pero nadie, hasta este chico me había dicho eso: “Porque mi vida no vale para nada”, por una vez en ese día, o quizás tal vez en toda mi vida, me había identificado con una persona. Alguien, se había sentido igual que yo.
-Puedes irte, Borja.-el chico de ojos azules, pelo castaño claro, guapo y fuerte que tengo delante de mí se levanta y ni si quiera me mira al salir. Yo me levanto con él y voy al despacho donde se encuentran mis padres.
-Señorita, todavía quedan chicos a los que puedes entrevistar.-me interrumpe una mujer rubia y de ojos claros.
-No, gracias, ya me he decidido.
-¿Está segura?-yo asiento y le dedico una sonrisa a la joven mujer que está delante de mí. Camino por los pasillos de madera, las paredes son de un soso beis, aunque también pueden ser de un blanco algo oscuro, no lo sé, con la escasa claridad del lugar me resulta imposible adivinarlo. Toco tres veces en la imponente puerta que tengo delante de mí, y un seco: pase, me hace adentrarme en el lugar, mi madre, una mujer de pelo rubio, ojos marrones y nariz respingona me mira con una sonrisa en los labios.
-¿Ya te decidiste?-mi padre se gira en ese momento y yo me siento en el regazo de mi madre, mirándola a los ojos.
-Sí, se llama Borja.-la madre superiora me mira con horror y hace con un moviendo de la mano  que mis padres salgan del lugar.
-¿Estás segura de esa elección? Es el que más problemas da, no quiere vivir.-me mira con pena en la mirada.-Dudo que alguna vez haya sonreído y tú te ves una muchacha muy alegre.
-Lo primero, si estoy segura, jamás he estado tan segura con algo en toda mi vida.-le sonrío y sigo hablando.- Con lo de los problemas me lo imaginaba, no se ve un chico muy tranquilo, pero su respuesta me sorprendió.
-Seguramente es la que da siempre, como he dicho, no quiere vivir.
-Ya somos dos.
-¿Qué dices, niña? Tienes unos padres maravillosos, una casa, comida… ¿Qué más quieres?
-No lo sé, simplemente nunca he sido muy feliz, me he sentido diferente por diversos motivos, por eso lo elijo a él, porque es el único que podría llegar a alcanzar la felicidad al mismo tiempo que yo.
-No te entiendo muy bien, pero de acuerdo, solo ten cuidado con su temperamento, tiene un fuerte carácter.
-Entonces se parece algo a mí.-la anciana monja me dedica un sonrisa y empieza con los tramites de la adopción. Por fin no voy a estar sola y voy a tener a un hermano que me va a ayudar.